
Hace ya varios meses que terminé de leer el libro de Susan Cain, llegué a el por el video de TED, el cual les dejó aquí para que tengan una idea de lo que puede ir el libro.
Si has visto el vídeo y te queda alguna idea en tu mente, como docente a mi en lo personal me hizo recordar a los alumnos y alumnas que en su momento decían que no querían participar en ciertas actividades que planificaba, ahora luego de leer el libro “El poder de los introvertidos, en un mundo que no para de hablar” en inglés se llama Quiet: The Power of Introverts in a World That Can’t Stop Talking cuestiono un poco más las actividades que yo planifiqué.
Para iniciar como persona he tenido momentos en mi vida en los que realmente es molesto que tenga que trabajar, estudiar o participar en alguna actividad en grupo, he llegado a sentirme incomoda cuando todos los demás te ven mal porque no querer compartir o no querer participar en el “relajo” decimos en Guatemala y es más como en ser muy ruidosos o demasiado emocionados. De niña fui siempre muy callada, obervaba con mucho cuidado a cada persona, recuerdo que sabía que ropa llevaba cada quien, no me gustaba tener a alguna niña sentada a mi lado en la escuela y eso … eso ya era un problema a mis 5 años. Al leer el libro recordé que la maestra (mi primera maestra en la vida) me decía que tenía que compartir con mis compañeras, que platicara y que no fuera tan “abusiva” para ella ser sincera y decir “es que no quiero a nadie a mi lado” era ser una niña abusiva. El secreto era que no me gustaba que me hablarán, que me pidieran prestado crayones, que quisieran contarme todo lo que hacían en su casa, para mi era muy simple no me interesaba.
La personalidad da forma a nuestras vidas de un modo tan marcado como el sexo o raza, y su aspecto más importante- “el norte y el sur del temperamento”, tal como lo ha expresado cierto científico- es el punto en el que nos encontramos de la línea que va de lo introvertido a lo extrovertido.
Quiet: The Power of Introverts in a World That Can’t Stop Talking
Se ha identificado que una de cada dos o tres personas es introvertida, es decir, que no todos son personas que quieran ser parte de grupos, que disfruten de realizar actividades en equipo, que se sientan cómodos o cómodas en ambientes ruidosos.
Para esto es necesario que veamos la diferencia entre introversión y timidez, pues no es lo mismo. Luego de esta breve introducción, me gustaría compartir con los docentes, padres y madres de familia o las personas que desarrollan cursos y talleres en recursos humanos, algo de lo que podemos tomar al preparar actividades con enfoque educativo.
La personalidad da forma a nuestras vidas de un modo tan marcado como el sexo o raza, y su aspecto más importante- “el norte y el sur del temperamento”, tal como lo ha expresado cierto científico- es el punto en el que nos encontramos de la línea que va de lo introvertido a lo extrovertido. Quiet: The Power of Introverts in a World That Can’t Stop Talking
Este tema me ha dado muchas vueltas en mi cabeza, desde el respeto que debemos de tener a nuestros niños y niñas en la educación, formación,etc. El respeto por ese colaborador o colaboradora que evita participar en las reuniones de oficina o que prefiere trabajar en un espacio solo en la oficina, hasta lo incómodo, embarazoso o aburrido que puede ser para una persona participar en actividades sociales o trabajos en grupo.
Cuando el niño crece sin saber quién es realmente, los riesgos de problemas psicológicos son mayores. En la edad adulta la personalidad se construirá de manera defectuosa, sobre abandonos y amargura, sobre creencias erróneas acerca de sí mismo y del mundo, o sobre rígidos mecanismos adaptados para protegerse de su intensa vulnerabilidad”. Quiet: The Power of Introverts in a World That Can’t Stop Talking
Es allí donde debemos de poner enfásis los educadores o las personas que estamos alrededor de los niños y niñas en desarrollo, porque no queremos educar o formar a adultos que prefieren jugar un rol o papel en las actividades para que no los critiquen a ser ellos mismos y poder explotar sus talentos y creatividad. Cuando una persona no se siente feliz, cómoda, aceptada, etc. no esta en sintonía con su pasión, con sus talentos o con lo que mejor hace deja a un lado su satisfacción personal.
Cuando provocamos ese sentimiento de ansiedad en un niño al saber que va tener que trabajar en grupo, provocamos que su aprendizaje se bloquee, porque no estamos creando un espacio motivador para el, estamos dando un espacio de miedos, de burlas, de presión grupal y muchos más, que afectan su proceso de aprendizaje.
Hemos volteado la mirada a que todo debe de ser trabajo en grupo, incluso áreas en la escuela que eran más personales, las hemos hecho “participativas” “colaborativas” etc., pero, ¿qué puede estar sucediendo con esos niños o niñas que son introvertidos?
“el espíritu de equipo mata la creatividad”Quiet: The Power of Introverts in a World That Can’t Stop Talking
Podemos recordar cuántas veces hemos dado una idea en un trabajo de grupo y alguien más la realiza o simplemente la omite, siendo esta la respuesta a la problemática presentada, cuántas veces en nuestro trabajo los compañeros o compañeras, cambian totalmente al estar en alguna actividad de grupo. Con esto no quiere decir que vamos a erradicar los trabajos en grupo, las actividades sociales, el espíritu de equipo, etc. es una manera de valorar las actividades que realizamos, el objetivo de cada una de ellas, a dónde queremos llevar a esos niños y niñas en el proceso de aprendizaje, qué esperamos despertar en los colaboradores al trabajar en equipo.
En este libro encontramos “los extrovertidos tienden a predominar en el ámbiro público, los introvertidos suelen hacerlo en el de lo teórico y estético”. Como educadora, pienso que debemos buscar siempre el equilibrio en nuestras actividades, por reconocer algunos líderes introvertidos encontramos a: Charles Darwin, Marie Curie, Patrick White.
En las empresas, debemos de crear diferentes espacios de trabajo y nuevas formas de integración, necesitamos que cada persona se sienta bien y no señalada por evitar socializar. Evitemos las etiquetas pero identifiquemos las diferentes personalidades en nuestros estudiantes o compañeros de trabajo.
Para finalizar les comparto un párrafo que me gustó mucho “Veamos la forma en que seamos esos adultos que estemos dispuestos a entender las señales de los niños, niñas, adolescentes, etc. y respetar su individualidad; cariñosos y firmes cuando de exigir se trata, sin recorrer a posturas hostiles ni severas en exceso, seamos capaces de despertar su curiosidad” -a lo que yo agrego- desde su esencia.
Diversifiquemos nuestras actividades en el aula, en casa, en la organización en la que trabajamos, creemos espacios de paz, quietud y personales.
Así que respondiendo a la pregunta del título, no, aún no nos hemos adecuado a ello, solamente los hemos obligado a ser parte de algo que no les hace sentir cómodos.
Así que, si les llama la atención este tema y quieren ampliar un poco más acerca de los introvertidos en la escuela y en el trabajo, los invito a leer “El poder de los introvertidos” de Susan Cain.
